Muchas de las tareas que hace a diario son posibles gracias a la nube, como enviar un correo electrónico, usar la banca en línea, almacenar o crear copias de seguridad de archivos, utilizar las redes sociales e, incluso, comprar por Internet.
Para los consumidores, la comodidad es una de las mayores ventajas de usar la nube. Lo que tienen en común los escenarios anteriores es que sus aplicaciones y datos se almacenan en la nube, no en su equipo ni dispositivo móvil. Esto le brinda libertad para acceder a sus aplicaciones y datos desde cualquier dispositivo conectado a Internet. Además, como el mantenimiento es automático, tiene menos que administrar. No tiene que preocuparse de instalar actualizaciones de software, ya que todo sucede en la nube.
Las empresas utilizan la informática en la nube para: Comunicación, Productividad, Procesos empresariales, File Storage, Copia de seguridad y recuperación, Desarrollo de aplicaciones, Desarrollo y pruebas, Análisis de macrodatos.
Existen básicamente tres tipos de aplicaciones de nubes:
Nube Pública
Son gestionadas por empresas prestadoras de estos servicios y en las que se atienden a una pluralidad de clientes (bien el público en general, bien un grupo industrial, etc.) mediante la utilización de servidores, sistemas de almacenamiento y otras infraestructuras que se utilizan de forma compartida.
Nube Privada
Son redes o centros de cómputo propietarios que usan tecnologías de computación en nube, tales como la virtualización. Se caracterizan por ser administradas por la organización a la que sirven y encontrarse aseguradas por medio de un Firewall.
Nube Híbrida
Son una mezcla de los dos modelos anteriores: las nubes públicas y privadas, por lo que los clientes pueden ser propietarios de unas partes y compartir otras con otros clientes aunque de una manera controlada.
José Aular, Isamar Ballestero, Elisa Bohórquez, Jeferson Gil, Juan Terán.
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